Respirar es vivir.
La respiración no requiere esfuerzo ni voluntad, pero es muy importante hacerlo bien. Quienes respiran mal se debaten entre innumerables dificultades en todos los dominios: salud, profesión, afectividad, etc. Son, por desgracia, la mayoría, porque de hecho todos respiramos más o menos mal. Muchísimos pulmones nunca se ventilan a fondo.
Todos los fenómenos vitales están ligados a procesos de oxidación y de reducción: sin oxígeno no hay vida. Nuestras células dependen de la sangre para su aprovisionamiento de oxígeno; si por nuestras arterias circula sangre pobre en oxígeno, la vitalidad de cada una de nuestras células se encuentra disminuida. Nuestro deber, en sentido estricto, es asegurarles este aprovisionamiento de oxígeno que necesitan.
No solamente se respira muy mal, sino que a menudo la calidad del aire que se respira es más que dudosa. De aquí proviene también la falta de resistencia a las enfermedades, la fatiga, el rechazo a todo esfuerzo físico, el nerviosismo y la irritabilidad.
Si se aprende a respirar correctamente la recompensa es importante; el cuerpo se vuelve fuerte y sano; el exceso de grasa desaparece, el rostro resplandece, los ojos centellean y un encanto particular se desprende de toda la personalidad. La voz también se vuelve dulce y melodiosa. La persona iniciada en el arte de la respiración ya no es presa fácil de la enfermedad. La digestión se hace con facilidad –hay que recordar el apetito que se tiene después de una larga caminata al aire libre. Todo el cuerpo se purifica y se facilita el ser conscientes y el obrar apropiadamente.
Es cierto que una correcta respiración actúa beneficiosamente sobre la salud, pero también sobre el pensamiento y la voluntad. Se puede comprobar cuando se tiene que levantar una carga, pues se levanta más fácilmente después de haber hecho una respiración profunda. En los acontecimientos que suceden en la vida cotidiana, en las relaciones con los demás, es positivo pensar también en respirar, pues ello ayuda a no perder la consciencia y a no caer en la equivocación. Antes de una conversación, por ejemplo, para que la discusión no degenere en disputa, o si se está confuso, es beneficioso respirar conscientemente. Si durante dos o tres minutos se inspira y se espira profundamente los pensamientos se aligeran y se aclaran. Muchas veces creemos que necesitamos ayuda y la buscamos fuera de nosotros cuando en realidad toda la ayuda la tenemos en nuestro interior.
La forma de respirar y los estados mentales se hallan muy estrechamente conectados. Sólo hay que pensar en la respiración regular y profunda del sueño, en el jadeo de alguien que está muy asustado o en la suspensión de la respiración de alguien que se encuentra profundamente impactado. La respiración es un buen medio para ser conscientes del presente y del propio cuerpo. La regularidad y un ritmo pausado y profundo de la respiración tiene un efecto calmante y disminuye la velocidad del proceso del pensamiento, ayudando a vivir espiritualmente.
La respiración consciente nos aporta bendiciones incalculables en todos los planos de nuestra vida. Es preciso que observemos sus efectos positivos en nuestro cuerpo, en los sentimientos y pensamientos y, también, en todas nuestras facultades, pues la respiración consciente es a la vez una concreción de la vida espiritual y una ayuda de ésta.
Es necesario darse cuenta de la importancia que tiene la respiración. El Ser Humano respira de manera automática, gracias a su sistema nervioso, pero esta respiración no es suficiente, para aportarle la salud física, emocional, mental, y menos aun para aportarle un mayor desarrollo espiritual. Esto es así porque el ser humano, inconcientemente, hace cosas involuntarias que le impiden respirar de una manera mas completa; como lo hacen los niños cuando son muy pequeños. Por ejemplo; al tener un dolor físico, emocional, o mental, el individuo inconcientemente contrae músculos que impiden una respiración completa y con ello también contrae o impide el flujo de energías hacia su Ser Espiritual.
Para lograr desarrollar una Respiración Conciente, que aporte salud en todos los niveles antes mencionados, el individuo tendrá que hacer varias cosas, que paulatinamente, le harán posible obtener este desarrollo.
Primero tendrá que usar esta información para darle a entender a su propia mente la importancia de llegar a respirar concientemente.
Al observarse, el individuo percibirá que hay momentos en los que casi deja de respirar, momentos en los que su respiración es innecesariamente leve y otros en los que es inarmónica o ajetreada.
Al observar la respiración, deberá llegar a ser mas continua, mas profunda, mas relajada y por consiguiente mas completa, de manera que le aporte mayor oxigenación a todo su sistema fisiológico y también la posibilidad de recibir energías sutiles, que antes no ha contactado. Esto lo hará por medio de los ejercicios que se le prescriben en cada etapa de su desarrollo.
Al observar la respiración de manera tranquila y relajada, habrá la tendencia del cuerpo y del Ser interior, a hacerse de manera circular. Por circular entiéndase que toma el mismo tiempo en inhalar que en exhalar.
El solo hecho de desarrollar una respiración circular, por estarla observando de manera tranquila, aporta beneficios crecientes en todos los niveles mencionados : el físico - emocional - mental y espiritual.
El estado de una persona que logra observar la respiración durante todo el día, es un estado de Ser muy diferente al de una persona que nunca se da cuenta de cómo respira.
La mesura, la respiración, el ritmo, tranquilidad, paz, atención, etc. de tal persona crecerá conforme mas practique esta forma de respirar.
Unir a la respiración con la Intención y la Visualización es un tema o contexto que se realiza en esta Escuela de Trabajo Interior, produciendo nuevas posibilidades para el ser Humano.
La respiración conciente es una meditación de observación.Uno aprende a referirse a su propia respiración.Detener su cabeza y salirse de los continuos pensamientos que nos gobiernan.Le enseña a estar en el momento presente, vivir en el momento presente.Le enseña a estar consciente de todo lo que se le presenta y le ocurre a usted. Sólo el momento presente es importante. Y todo lo que ocurre en el momento presente a través de las seis puertas de los sentidos -ojos, oídos, nariz, lengua, cuerpo y mente- debe ser notado, atendido, observado como objeto de meditación.Luego sus emociones, luego sus pensamientos.
Con una respiración conciente el consumo de oxígeno y la proporción metabólica de desgaste se reducen considerablemente, lo que indica un estado de descanso profundo..El ritmo de la respiración disminuye en forma notable, revelando mayor relajación del sistema nervioso, Este se estabiliza, como lo demuestra el número menor de reacciones galvánicas espontáneas de la piel, y el equilibrio se conserva aún después de la meditación.
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