jueves, 1 de noviembre de 2007

POTENCIALISE LAS CAPACIDADES DE SU MENTE

FUNCIONAMIENTO

DEL CEREBRO HUMANO

Emociones y salud

Los distintos estados de ánimo pueden favorecer la enfermedad o bien ayudar a curarse.

Una nueva ciencia, la psiconeuroinmunología, explica cómo aumentar el bienestar explorando las emociones.

Hasta dónde puede llegar el control de la mente sobre el cuerpo?

Es una polémica que no termina y que discurre entre lo evidente y lo increíble.

Cada día se sabe más acerca de cuáles son las actitudes o los hábitos mentales que ayudan a prevenir las enfermedades o a curarlas.

Incluso existe una nueva especialización científica, la psiconeuroinmunología, que investiga los vínculos entre la psique y los sistemas nervioso e inmunitario en relación con la aparición de las enfermedades.

Esta ciencia demuestra que podemos hacer algunas cosas para que la mente participe en el cuidado cotidiano de la salud.

LOS SENTIMIENTOS

ACTUAN SOBRE EL CEREBRO

La relación entre emociones y salud está demostrada científicamente, aunque este conocimiento aún no se ha trasladado a las consultas de los médicos convencionales.

Los expertos en psiconeuroinmunología han comprobado que las emociones influyen sobre el funcionamiento de la hipófisis, la glándula que regula la producción de hormonas.

Han observado, por ejemplo, que las emociones negativas aumentan los niveles en la sangre de las hormonas del estrés que deprimen el sistema inmunitario.

Se sabe incluso que cada sentimiento –tristeza, alegría, enfado o temor– provoca una respuesta química característica en el cerebro.

Antonio Damasio, de la Universidad de Iowa (Estados Unidos), ha demostrado a través de escáneres que la tristeza estimula la ínsula y el tronco cerebrales y desactiva el cíngulo posterior, mientras que la felicidad activa el cíngulo posterior y una zona diferente de la ínsula.

A través del cerebro las emociones desencandenan una serie de reacciones en el cuerpo y con ello favorecen el desarrollo de determinadas enfermedades.

Terapias y técnicas

que potencian las actitudes curativas

A través de la relajación, la respiración y sobre todo del cultivo de determinados estados de ánimo, disciplinas como el yoga o el taichi, las visualizaciones o la oración movilizan las capacidades autocurativas del organismo.

Yoga y taichi.

Los movimientos suaves, pensados para estimular el flujo de la energía vital, la respiración acompasada y especialmente la conciencia serena pero atenta a lo que sucede en el cuerpo y a su alrededor, consiguen que el organismo se acerque a su máximo rendimiento en términos de salud. Un estudio reciente, realizado en la Universidad de California en Los Ángeles (Estados Unidos) ha demostrado que el taichi potencia el sistema inmunitario de manera tan eficaz como una vacuna

Visualizaciones positivas.

El inconsciente utiliza imágenes para comunicarse con la conciencia a través de los sueños, pero también pueden ser utilizadas en sentido inverso: desde la consciencia hacia los estratos más profundos de la mente que gobiernan los procesos fisiológicos involuntarios relacionados con la curación.

La terapia de visualización, que requiere un estado de relajación profunda, se utiliza contra el cáncer, los virus del sida y de la gripe, las adicciones, la fatiga crónica o la bulimia.

Meditación.

Adquirir el hábito de meditar –durante unos minutos, dos veces al día– permite que el cerebro se desconecte del incesante diálogo interior, lo que ayuda a que las zonas que dirigen los procesos fisiológicos autocurativos funcionen con menos obstáculos.

Oración.

Se le atribuyen los mismos efectos que a la meditación, pero tiene peculiaridades que pueden potenciar su efecto.

La oración en un marco religioso –no importa cuál– refuerza el sentimiento de pertenencia a una comunidad y la convicción de que la existencia tiene un sentido dentro de un orden superior. Estas creencias tienen un efecto positivo sobre la inmunidad, que explicaría por qué entre monjes hay menos incidencia de algunas enfermedades.