MENTE MAS AGIL
!Huir de la rutina, dormir más, alimentarse bien y ejercitar la mente con juegos de desafío son algunas de las claves que te proponemos para ganar memoria, atención y capacidad intelectual.
¡Descubre cómo!La neuróbica es una nueva disciplina encargada de sacarle más partido a la materia gris mediante sencillas medidas de salud y ejercicios de entrenamiento mental.
El cerebro ejerce la función de centro de mando de todo el organismo. Pero ¿de qué depende su equilibrio y correcto funcionamiento?
Las técnicas de diagnóstico por imagen han permitido demostrar que el esfuerzo mental ayuda a mantener las conexiones cerebrales en forma mientras que diferentes investigaciones coinciden en afirmar que la rutina diaria, el desinterés por la lectura, el pasar horas muertas frente al televisor, la inactividad física... entumecen el cerebro.
Aeróbic para la mente
El neurólogo norteamericano Lawrence Katz, al que se atribuye la autoría del concepto neuróbica, propone en su libro Keep your brain alive, traducido al castellano como La mente despierta, ejercicios para activar el cerebro mediante la novedad.
Entre otras cosas, sugiere romper la rutina de forma inesperada tomando una ruta diferente para ir al trabajo, comprando en un mercado en vez de en el supermercado de al lado de casa…
Otra opción es realizar una tarea cotidiana utilizando un sentido diferente: vestirse con los ojos cerrados, comunicarse por contacto visual con la familia, sin pronunciar palabra, practicar un nuevo idioma o realizar algo que despierte distintas emociones son propuestas de este neurólogo, que asegura que este tipo de ejercicios inducen la producción de neurotrofinas, una especie de «fertilizantes» cerebrales para las neuronas y sus conexiones.
Alimentar el cerebro
Los alimentos son nuestra fuente más importante de energía y, si tenemos en cuenta que el cerebro es el órgano de nuestro cuerpo que más energía consume, es fácil comprender hasta qué punto puede influir lo que comemos en el rendimiento intelectual.
Entre los nutrientes fundamentales para alimentar la mente, las vitaminas tienen sin duda especial importancia, ya que actúan como antioxidantes, especialmente la vitamina C, A y E.
Todas ellas evitan la erosión que los radicales libres producen en el cerebro.
Es preciso señalar que las células grasas son especialmente vulnerables a la acción de los radicales libres y que nuestro cerebro posee un 60% de materia grasa, si se le quita toda el agua.
Las vitaminas del grupo B, por otra parte, se diluyen en las áreas acuosas del cerebro (son hidrosolubles) y resultan cruciales para el buen funcionamiento de los neurotransmisores y de las tareas memorísticas.
Están presentes en la yema de huevo, los lácteos, los pescados, las carnes, los cereales integrales y los vegetales verdes, como las acelgas o el brécol.
La vitamina B12, cuya fuente fundamental son los lácteos, los pescados y las carnes, es esencial en la formación de mielina, la capa protectora del axón que recubre las neuronas.
Su déficit puede dar lugar a confusión, apatía, psicosis, debilidad y somnolencia.
Grasas inteligentes
Los ácidos grasos omega-3 y omega-6 son otros excelentes nutrientes cerebrales, así como la lecitina de soja, un complemento dietético que tiene la virtud de ayudar a que se formen nuevas conexiones entre neuronas.
Finalmente, el cinc beneficia los procesos mentales al ayudar al organismo a combatir el estrés.
La fitoterapia ofrece también dos recursos muy apreciados para mejorar las funciones cerebrales.
Por una parte, el ginkgo (Ginkgo biloba), que protege al organismo de enfermedades cardiovasculares, dilatan los vasos capilares y mejoran la circulación sanguínea cerebral.
Por otra parte, el ginseng, combate el estrés y los radicales libres y mejorando el sistema inmunitario.