




PSICONEUROINMUNOLOGIA Naturalmente La risa es la mejor medicina y además es una medicina gratis. Es una medicina que cura tanto las enfermedades físicas, como las del alma. No escatimes risas ni carcajadas. A reír a rienda suelta, que la vida es para pasarla muy bien y contento.
Por ello, los cuatro procesos que consideramos esenciales, tal como aparecen en la figura 1, son la atención, la memoria, la motivación y la comunicación.
Los trastornos de este tipo se originan y mantienen debido a una causa psicógena.
La base pues de una enfermedad psicosomática y su cura es la relación entre el médico–paciente, su diálogo y cooperación.
Existen seis tipos de factores psicológicos que pueden influir en un estado médico por diagnosticar:
Los trastornos mentales, síntomas psicológicos, rasgos de personalidad o estilos de afrontamiento, conductas desadaptativas relacionadas con la salud, respuestas fisiológicas asociadas al estrés y otros factores no especificados que pueden inducir efectos adversos sobre un tratamiento como factores culturales, etc.
Estos factores pueden afectar significativamente al curso o tratamiento de una condición médica general. Por ejemplo, los síntomas de ansiedad afectan de forma negativa al curso de asma y de la úlcera. O por ejemplo, una persona con alto rasgo de hostilidad presenta un alto riesgo para la cardiopatía isquémica.
Hay que dejar clara una distinción; una condición médica general implica habitualmente que existe una patología orgánica demostrable y esto no debe confundirse con los llamados trastornos somatoformes que se caracterizan por la presencia de factores psicológicos junto con síntomas físicos pero no existe una condición médica general a partir de la cual puedan explicarse completamente estos síntomas físicos.
Quizás hemos oído hablar de un embarazo psicológico o de hipocondría, estos términos se asocian a trastornos psicosomáticos y quizás debemos englobarlos más dentro de los trastornos somatoformes.
Hay que tener en cuenta que los síntomas que sufre una persona bajo este trastorno no son en absoluto fingidos, sus síntomas físicos no se encuentran bajo el control voluntario del sujeto.
La característica común del grupo de los trastornos somatoformes es la presencia de síntomas físicos que sugieren una condición médica general y que no son explicados únicamente por una condición médica, por efectos directos de una sustancia o por otro trastorno mental. Los síntomas causan angustia o deterioro elevado a nivel social, laboral…
En algunos de estos trastornos hay una pérdida real o una alteración del funcionamiento físico, y esto dificulta mucho a la hora de distinguirlo de los problemas que tienen realmente un origen orgánico.
El desencadenante en trastornos somatoformes y en trastornos psicosomáticos es psicológico en ambos y en ambos existen síntomas físicos y eso hace difícil al psicólogo distinguir a priori, pero su diferencia está en que en los trastornos psicosomáticos existe una lesión en el sistema fisiológico correspondiente, en cambio en los trastornos somatoformes no se puede demostrar una patología orgánica o un proceso patofisiológico conocido
La irradiación y la transmisión de información a través de las neuronas sucede gracias a los potenciales eléctricos que recorren la membrana y que obedecen a la propagación de ondas eléctricas que se forman por la salida o entrada, a través de la membrana, de iones de sodio, potasio y cloro que están cargados eléctricamente, con lo cual la célula y sus prolongaciones se comportan como un cable.
Pero todo esto no explica más que el fundamento de la organización nerviosa. El cerebro, dotado de esta maquinaria fisicoquímica de información cuyas propiedades son similares en todos sus sectores, tiene una arquitectura que organiza sus elementos neuronales de manera intrincada y exquisita, bastante distinta en sus partes. Los diferentes tipos de neuronas están organizados sea en cúmulos celulares o en capas.
Los elementos funcionales fundamentales del cerebro son las neuronas, células especializadas en el manejo de la información. Las neuronas tienen como principal característica la excitabilidad.
Camilo José Cela Conde, profesor de Antropología en la Universidad de las Islas Baleares y especialista en el estudio de la mente cuenta al 'elmundo.es' que "el equipo de Damasio logró poner de manifiesto la importancia de la conexión entre el córtex frontal y las zonas profundas del cerebro —como la amígdala— a la hora de tomar las decisiones comunes para cualquier persona que se enfrente a la necesidad de actuar frente a la sociedad".
El neurólogo portugués descubrió que los individuos con daños en la zona prefrontal del cerebro sufren alteraciones en la capacidad para decidir.
"Quienes por razones traumáticas —una operación para extirpar un tumor cerebral, por ejemplo— ven interrumpido ese circuito entre sus neuronas, se convierten en seres asociales pese a que todos los tests psicológicos de inteligencia son incapaces de detectar ninguna insuficiencia.
Por decirlo así, las emociones son el complemento necesario de cualquier juicio", ilustra Cela Conde.
El control de los actos sociales
La línea de investigación sobre el control de los actos sociales se mezcla e interrelaciona con las de la de los juicios morales y toma de decisiones.
Asimismo, la explicación de las conductas violentas y asociales de individuos aparentemente normales es una de las que más impacto mediático ha producido.
Uno de sus estudios, publicado en la revista 'Science', se centró en el cráneo de un especialista en explosivos que a finales del siglo XIX sufrió un accidente que le dañó el lóbulo prefrontal.
Antes del accidente el entendido en detonantes era un joven educado y responsable. Tras el incidente su comportamiento cambió; blasfemaba, mentía a sus amigos sin motivo y descuidaba sus obligaciones y compromisos hasta que los abandonó.
"Surgió así la hipótesis del 'marcador somático', de ámbito tan filosófico como neurológico, a través de la que se explica cómo la racionalidad, por sí sola, es incapaz de conducir hacia conductas aceptables socialmente", concluye el doctor Cela Conde.
Se entiende por regulación basal las posibilidades de regulación local del sistema básico unido a los sistemas superiores de regulación nervioso, hormonal y humoral. El sistema básico esta formado por la sustancia básica y los componentes celulares, humorales y nerviosos. La sustancia básica (matriz extracelular) se compone a su vez, de hidratos de carbono ultrapolimerizados (proteoaglicanos y glicosaminoglicanos) junto con glicoproteinas estructurales y reticulares.
Reckeweg clasificó las reacciones del organismo frente a las sustancias nocivas (homotoxinas) en una estructura morfológico temporal de seis fases escalonadas a la cual llamo tabla homotoxicológica.
Reckeweg utilizaba un cuadro sinóptico con las fases de la enfermedad dispuestas en el eje de las abscisas y los tipos de tejido, o las fases tisulares, en el de las ordenadas.