jueves, 26 de abril de 2007

LA DOPAMINA
La dopamina es un neurotransmisor involucrado en funciones como:
- El pensamiento,
- la toma de decisiones
- el movimiento corporal.
- También participa en la exaltación del ánimo,
- en la activación comportamental,
- en la conducta agresiva y
- en la conducta sexual.
Las neuronas dopaminérgicas tienen su soma (cuerpo) en varios núcleos ubicados en una porción del tallo cerebral llamada mesencéfalo.
Estos núcleos se denominan área tegmental ventral y sustancia negra.
Estas neuronas poseen axones que se proyectan a diferentes regiones cerebrales como:

1) los ganglios basales (striatum) que tienen que ver con la modulación de los movimientos corporales y que se ve comprometido en la enfermedad de Parkinson (sistema nigroestriatal).
2) el sistema límbico relacionado con la expresión y experimentación de sentimientos y emociones (sistema mesolímbico).
3) la corteza cerebral, involucrada en el pensamiento y control de las emociones (sistema mesocortical)
Adicionalmente, las vías dopaminérgicas hacen parte del sistema tuberoinfundibular que permite la interrelación de estructuras encefálicas con el sistema endocrino a través de neuronas que van desde el hipotálamo hasta la hipófisis.
La dopamina es sintetizada a partir de la fenilalanina de la dieta, que luego de ser transformada en tirosina, es incorporada en las terminales nerviosas y convertida en L-dopa. La L-dopa, a su vez, es convertida a dopamina por la enzima dopadescarboxilasa en las vesículas presinápticas.
La dopamina se une a varios tipos de receptores: D1-D5.
Para tener en cuenta: Los receptores D5 son similares en su mecanismo de acción a los D1, y los receptores D3 y D4 a los D2.
La unión de la dopamina a sus receptores es rápida y corta.
Los receptores D1 son responsables de mantener a los receptores D2 en un estado de desensibilización.
Este control parece estar perdido en los trastornos psicóticos.
En esquizofrenia no se han llevado a cabo estudios para evaluar el potencial efecto antipsicótico de agonistas D1.
Los receptores D2 se encuentran en gran cantidad a nivel del sistema límbico, los ganglios basales y la hipófisis.
Son bloqueados por la mayoría de antipsicóticos clásicos como el Haloperidol, lo que explica los efecto adversos producidos por estos medicamentos: apatía, extrapiramidalismo y galactorrea, respectivamente.
Los antipsicóticos atípicos como la Clozapina y la Olanzapina tienen 3 a 10 veces menor apetencia por receptores D2 que el Haloperidol.
Los receptores D3 se localizan en forma casi selectiva en áreas límbicas.
Los receptores D4 se han encontrado en gran cantidad en los tejidos cerebrales de pacientes esquizofrénicos.
La Clozapina interactúa con el receptor D4 en una proporción 10 veces mayor que con el receptor D2.
Los receptores D5 tienen un perfil de unión similar al de los receptores D1.

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