domingo, 15 de abril de 2007

AMIGDALA, CORTEZA PREFRONTAL Y ESPECIALIZACION HEMISFERICA
EN LA EXPERIENCIA Y EXPRESION CORPORAL
Distintos trabajos han tratado de mostrar cuáles son las estructuras cerebrales implicadas en la conducta emocional.
Clásicamente se entendía que la vida emocional dependía de las estructuras que formaban el sistema límbico, recibiendo una atención especial el hipotálamo y la amígdala.
En los últimos años también se ha visto que otras estructuras corticales se encuentran implicadas en la emoción, como es la corteza prefrontal.
Así mismo, los estudios realizados con pacientes con daño cerebral adquirido así como de neuroimagen funcional en sujetos normales, muestran que tanto la amígdala como la corteza prefrontal se encuentran implicadas en la conducta emocional de uno u otro modo.
En las siguientes secciones revisaremos las principales estructuras cerebrales, en concreto la amigdala y la corteza prefrontal, que se encuentran implicadas en la conducta emocional.
HIPOTALAMO Y LA CONDUCTA EMOCIONAL
El hipotálamo es una estructura que clásicamente se ha relacionado con la emoción.
Bard (1928) sustituye la propuesta de Cannon (1927) acerca del papel central que tenía el tálamo en la conducta emocional, proponiendo al hipotálamo como la principal estructura cerebral relacionada con la emoción.
La propuesta de Cannnon provenía de estudios que mostraban que la lesión del hipotálamo anterior en ratas provocaba reacciones parecidas a la ira, aunque se trataba de conductas desorganizadas y sin ir dirigidas a un objeto concreto (“falsa ira”).
Posteriormente se vio que la estimulación del hipotálamo posterior y de las regiones mesencefálicas adyacentes provocaba reacciones de ira y ataque, acompañadas de reacciones de tipo simpático como taquicardia, hipertensión, hiperpnea, secreción de adrenalina e inhibición de la motilidad intestinal, lo que dio lugar a pensar que el hipotálamo estaría implicado en el inicio de la respuesta de defensa (Hess,1957).
De las diferentes regiones citoarquitectónicas en las que se encuentra dividido el hipotálamo (periventricular, infundibular, lateral,medial y rostral o preóptica), el área que se ha relacionado con la conducta defensiva es el núcleo ventromedial del hipotálamo medial, el cual presenta abundantes conexiones con la sustancia gris central (LeDoux, 1987).
Sin embargo,algunos estudios han indicado que la regulación de las respuestas de tipo agresivo requiere también la participación del hipotálamo anterior, atribuyéndole a esta región un papel esencial en la expresión de la conducta de defensa afectiva (Fuchs, Edinger y Siegel, 1985a,1985b).

No obstante, la consideración de que el hipotálamo desempeña una función clave en el inicio de la respuesta de defensa ha sido cuestionada.

Así, en los trabajos de Bandler (1982) y Bandler y McCulloch (1984), por ejemplo, se observa que la inyección de glutamato en el cerebro medio provoca la aparición de la respuesta de defensa, mientras que la estimulación del hipotálamo mediante este agente neuroquímico no la provoca, lo que lleva a estos autores a sugerir que la respuesta de defensa se encuentra mediada por eferencias hacia la sustancia gris central provenientes de otras regiones distintas al hipotálamo, en concreto de la amígdala. Como veremos a continuación, es la amígdala y no el hipotálamo la estructura implicada en el inicio de la respuesta de defensa, mientras que el hipotálamo constituye la estructura responsable de los cambios vegetativos que acompañan a la emoción, pero no de su inicio.

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